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Mostrando entradas de marzo, 2015

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Me apreté el nudo de la corbata y me ajusté bien mi nuevo traje. Me abracé a mi padre, pero en realidad me abrazaba a toda la vida que dejaba atrás; a la madre que ya no estaba, a la hermana que se hizo mujer a mi lado, al barrio que me vio crecer , a la habitación con alas en la que volé por infinitos cielos, donde soñé miles de vidas. Cerré la puerta y ya no miré atrás. Y la vida empezó de nuevo. Se acercó un coche a la puerta de la iglesia, se bajó tu padre , lo rodeó por detrás y abrió la puerta trasera; como un río recién nacido que desciende por la colina, tu vestido llegó al suelo, al ritmo que le marcaba un frágil pie, envuelto por un delicado zapato blanco. Lentamente, a ese pie siguió una pierna, esbelta, hermosa, y una mano, envuelta por su guante emergió del interior, para ser asida por la de un padre emocionado a la par que triste ( ahora lo sé). Y así te vi salir del coche, pareciéndome que descendía una reina de un coche de caballos, una reina que sólo yo veía, atraves

De vuelta a casa

Esta semana pasada recibí la confirmación oficial de que estoy de vuelta en mi casa, en mi referente ideológico. El hecho de recuperar mi militancia socialiste me trae a la memoria infinidad de recuerdos y vivencias pretéritas, y de ilusiones y sueños futuros. Me afilié a  Juventudes Socialistas de Latina  en 1985, de la mano de un histórico de la FSM, como era Alejandro Caballero, Allí, en la Agrupación conocí a personas de una altura humana inigualable, como  María José Marín  Gallardo ,  Miguel Mendoza Sánchez ,  José Cepeda ,  Pedro Barrero , Noelia Martinez Espinosa  ,  Susana Martinez Espinosa  y muchos más. Unos meses después me siguió mi hermana, para conocer a quien hoy comparte su vida con ella,  Carlos Huidobro . Fueron años apasionantes, del descubrimiento político, de aprendizaje intenso. Entonces comprobé algo que no ha cambiado, la entrega y dedicación de los militantes de base, de aquellos que nunca saldrán en los carteles pero son los primeros en pegarlos,

Sergio Pulgar Callejo

Sergio Pulgar Callejo nació en 1908 en Ventas con Peña Aguilera. Siendo adolescente emigró a Madrid sólo con su soledad, en busca de su futuro, para trabajar de aprendiz en la que sería su profesión ,droguero. No sabiendo juntar más que cuatro letras, acudía cada tarde después del trabajo a la Casa del Pueblo fundada por Pablo Iglesias , donde aprendió a leer y escribir, así como las cuentas más elementales.Años después , dándome lecciones de prudencia y discreción, me confesaba que en una recomendación de trabajo decían de él que era un gran empleado, pero muy revolucionario. Viviendo en Madrid, era inevitable que se enamorara de una modistilla, amiga de unas hijas de Largo Caballero, y que era 8 años más joven que él ( ay Sergio, Sergio....) La guerra civil le sorprendió ya con negocio propio, situado a escasos metros del Cuartel de la Montaña, por lo que fue testigo directo del asalto y caida del General Fanjul. Ironías del destino, su nieto aprendió a caminar en ese mismo sitio

Sabor a colegio

Me las imagino en el colegio, preocupadas por sus grandes problemas, debatiendo con sus iguales. Asustadas por este examen, ilusionadas con las cercanas vacaciones. Me las imagino en su pequeño mundo, felices sin saberlo, tranquilas sin saberlo, protegidas sin saberlo. Y me viene a la memoria ese olor a serrín en los pasillos en los dias de lluvia; y el olor a lapicero recién estrenado, y el aroma del estuche al abrirlo al llegar a clase. Y recuerdo el sabor del bocadillo con el que me esperaba mi madre a la salida por la tarde, y la luz del otoño al pasear camino de casa. Ahora, me aferro a su infancia, como manera de revivir la mía, ya tan lejana. Me agarro, con uñas y dientes, a esta segunda oportunidad que me da la vida en forma de su vida. Como si no hubiera mañana, vivo a la par que revivo en ellas el niño que un día fui, y que no he abandonado del todo.