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Mostrando entradas de julio, 2017

Las olas y su voz

Apenas puedo escuchar sus pequeñas voces bajo el estruendo del rugido de la mar. Me quedo detrás de ellas con la excusa de vigilarlas,  pero en realidad lo hago como espectador de teatro viendo la función de su diversión . Tras cada ola desaparecen bajo el manto blanco del mar y reaparecen sus cabezas coronadas por una diadema de espuma, último vestigio de esa ola ya pretérita. Disfrutan ellas y más disfruto yo. Vendrán en un futuro, lejano o próximo , tiempos duros.  Pero nada podrá borrar de mi rostro tamaña mueca de felicidad.

Maestro republicano

Si yo fuera maestro si fuera socialista Si fuera republicano y me fusilaran por ser maestro,socialista , republicano querría que nunca se olvidara mi nombre en la desmemoria de su historia Querría que mi viuda,mis hijos, mis nietos tuvieran un lugar donde llorar mis restos , como se lloran los restos de cualquier ser humano.

Fui un niño

Un día fui un niño, y ahora que se acerca mi cumpleaños se agolpan en mi corazón infinidad de imágenes y recuerdos, y me invade una profunda melancolía. Un día fui un niño, y aun hoy quisiera seguir siendolo, para que mi madre me arropara por la noche; quisiera seguir siendolo para que me llevara a mi primer partido de futbol ; quisiera seguir siendo un niño para que me protegiera, para que me recogiera a la salida del colegio. Quisiera seguir siendo un niño para que ella no me faltara; Ella me hizo el mejor regalo que nunca me harán y sería injusto si no lo compartiera con las personas que me aman. Un día fuí un niño, y aun sigo siéndolo. Amo infinitamente la vida.

Hermana

El juego del calcetín, limpiarte en el servicio sin decirselo a nadie, casi romperte las gafas, camino del Bonal con el tio Jacinto cazando saltamontes, en la isla de Lekeitio, JSL, una llamada de telefono una noche de Mayo, un silencio ensordecedor en casa, recogerle de la calle..... y salir adelante . Nunca te lo diré , apenas te besaré, pero pasamos media vida juntos, y como las estrellas, siempre estaré ahí aunque no siempre me veas.

Alcohol

Nunca me he arrepentido de lo que hice por él, y volvería a hacerlo un millón de veces que lo volviera a vivir; se amaron y fuimos fruto de ese amor, y eso ya es suficiente motivo para no haberle abandonado; podía decir que nos robó parte de la infancia y mucha juventud, pero no lo siento así. Si pienso en aquellos años, sé que fuí muy feliz, a pesar de las noches eternas, de verle derrotado por el alcohol, y a ella fiel a su lado, hundiéndose aferrada a su amor por él; no puedo olvidar el dolor que cala hasta los huesos, las discusiones eternas, descubrir poco a poco  que tu padre es alcohólico. Pero no me arrepiento de lo que hice por él, porque mi madre me enseñó a amarle hasta el final.

Nadie lee en el metro

Voy leyendo a Modiano en el metro. El vagón va lleno de gente . Nadie más lee ningún libro . La mayoría va leyendo en su móvil , otros , muchos , escuchan música con auriculares a través también de su dispositivo. Alguna chica usa su telefono para hablar. Nadie lee ya libros en el metro . Incluso yo lo abandono temporalmente para escribir esta crónica esmarfónica.

14 julio

No penseis que por ser ateo no creo en nada. Creo en la libertad del hombre, libertad para vivir como crea conveniente. Creo en la igualdad, igualdad para tener acceso a la felicidad plena Creo en la fraternidad, fraternidad para que el hombre fuerte ayude al hombre débil. Creo en el socialismo como herramienta para hacer realidad las palabras que nos legaron unos franceses ilustrados un lejano 14 de julio.

La rosa del rosal

Ella le despertaba cada mañana saltando sobre su cama Él fue el primer hombre al que amó Él la arropaba cada noche con el mismo cuidado con que se envuelve el mejor de los regalos Ella fue la última mujer que le rompió el corazón. Juntos, un día de abril, plantaron un rosal en el jardín. Él le decía que jamás habría una flor más hermosa en la rosaleda que la que ahora le miraba. Juntos, cogidos de la mano, cruzaron la calle invisibles entre la multitud. A veces, él le soltaba la mano, como se suelta el sillín de la bici para que volara ella sola. Si era invierno , le abrigaba con su propio jersei. Si verano, se bañaban felices, eternos, en el mar de la felicidad. Él sabía que todo acaba. Ella desconocía que la vida pasa. Corrían por la arena y él fingía que se dejaba coger, y así rodar por el suelo y abrazarla para que la arena no se escapara entre sus dedos. Cuando él ya no estuvo, ella siguió regando el rosal del jardín, que al fin y al cabo, muchas veces era lo único que le

En el hotel

Desde la hamaca del hotel podía observar, como desde una atalaya, al resto de huéspedes del hotel. Alcanzaba a ver a los padres jugando con sus hijos, a las hermanas discutiendo con los hermanos. No llegaba a identificar ninguna conversación entre esas lenguas de Babel que se mezclaban en la pileta. Llamó su atención una pareja de jóvenes novios, abrazados frente a frente, desplazandose por el agua sumergidos en un eterno y delicado beso. Como cuando él era novio de su novia, y surcaban las aguas de piscinas y mares así abrazados. Pero tampoco pudo evitar imaginarse así a sus dos hijas, en un futuro no muy lejano ya, entregadas al amor de sus novios. En ese momento, no habría  sabido decir cual de los dos pensamientos era más doloroso.

Artritis psoriásica

La conocí hace dos años y al poco tiempo me dijeron su nombre. También supe que compartiría con ella toda la vida. Cuando supe su nombre y nuestra condición de inseparables, decidí que la mejor estrategia era aprender a convivir con ella. Mejor llevarse bien que estar todo el día de bronca. Un día me dolía una rodilla, al otro el hombro, otro más y la espalda o el cuello. así durante años echándole la culpa al fútbol. Pero empiezas a preocuparte cuando levantarte de la cama es una aventura; cuando caminar después de un rato sentado es una heroicidad; cuando no puedes arrancar el coche; cuando para inyectar un producto tienes que apretar con todo el cuerpo; cuando realizar una cirugía es una tarde eterna de dolores en las manos. Todo es relativo. Hay quien padece peores enfermedades y se enfrenta a ellas con dignidad. Otros no superan ni un catarro. aquí cada uno lo lleva como mejor puede, y al principio es como un ochomil. La reumatóloga le pone nombre : artritis psoriásica. Inmun