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Mostrando entradas de diciembre, 2023

Nochevieja 23

Hubo un tiempo en que arrancaba las hojas del almanaque. Con desesperación. Con furia. Eran días de huidas hacia adelante. Las habitaciones eran de paredes negras, las sábanas ásperas y pegajosas. El suelo frágil como papel de fumar se desmoronaba bajo nuestros pies. Las profecías de los galos se cumplían y el cielo se desplomaba.  Hubo un tiempo. Mas el tiempo pasa. Fluye. El tiempo vuela. Como volaban mis sueños, como volaba mi imaginación. Mi cuerpo. Mis anhelos. Volaban libres hacia el porvenir a lomos de las hojas de calendario que se hundían a plomo en su vaivén de caída hacia el suelo.   Así llegó el tiempo en que descubrí que la vida es un paréntesis. Unos corchetes. Y los corchetes suenan a corchea. Toda la vida suena. Porque la vida es música. Es deleite. La vida es deleite. Placer. Vivir es sensualidad. Y sentimiento. A horcajadas de las hojas del calendario. Yo, que huía, dejé de correr. Contemplé el mundo. Las cosas. Miré a las personas. Me bañé en los ríos. Me atravesaron

Nochebuena 23

 Somos lo que fuimos. Lo que nos arrasó el corazón. Lo que anidó en la memoria. Somos un abrazo. Una risa. Una canción. Un portazo. Una voz. Una discusión. Somos un olvido, una pena y un adiós. Y este viaje que un día comenzó sin saber hasta donde nos llevará el camino que se bifurca infinitamente Y somos también lo que nunca seremos, lo soñado y no conseguido. Lo que pudo ser y no fue. El esfuerzo dedicado a no alcanzar la meta. Lo aprendido en el error, en el desamor, en la pena, en la pérdida. Somos lo que no tenemos, lo que se fue, somos la ausencia que nos recuerda a quien un día nos amó.  Somos tanto. Somos, hasta que dejemos de ser. Somos, sentimos, amamos, lloramos, abrazamos, besamos, olvidamos, vivimos.  Somos.  Somos tú y yo. Somos. Tú. Yo.  Feliz Navidad / Eguberri on / Bon nadal / Bo nadal

La fuga

La fuga He decidido marcharme de una manera definitiva. Me es imposible seguir viviendo este infierno. Parecerá un accidente, no quiero que nadie se culpe de mi decisión. Podría esperar aun un tiempo más, para disfrutar del futuro de mis hijos, verles terminar la carrera, verles vivir su propia vida, plena de felicidad y de sueños cumplidos. Podría. Y sé que en realidad no puedo esperar más. Les miro y ya sé que están preparados para seguir solos. Sé, juro que lo sé, que les voy a robar su juventud, que les voy a poner frente a la dureza de la vida, de esta vida que vivo yo ahora en soledad. Sé que les dejaré solos junto a su padre, al que tendrán que buscar allí donde yo le busco a diario, donde ya no puedo seguir buscándole. Tendrán que cuidar de él, protegerle, mantenerle a flote, porque yo he decidido rendirme. Sé que me buscarán eternamente durante la noche de la vida, que oirán mi voz hasta que la necesidad de sobrevivir la borre de su memoria. Sé que olerán mi ropa al sacarla de