Solo era un niño que quería que llegara el futuro pero que no pasara el tiempo. Un niño que quería ser mayor para gustarle a las chicas no por lo que era, sino por aquello en lo que iba a convertirse. Un niño sin miedo al sonido de la puerta ni al fin de mes. Un niño que no sabía que la vida consiste en dar vueltas alrededor de una estrella sin que se te despeine el flequillo ni se te vuele el sombrero. Cuando lo descubres, te entran las prisas por vivir esta vida que es un suspiro de luz entre dos eternidades de silencio. Y la vida que crees vivir no es siempre la que querrías vivir. Vivimos en un anuncio constante, en una lluvia fina, pertinaz, de consumo que nos va calando de gadgets hasta la médula. Pero en esta rueda, debemos encontrar tiempo para buscar los ojos de quien nos quiere, las manos de quien amamos, recuperar la piel para el contacto , para el amor. Yo, en esta vida, solo quería jugar a pasármelo bien Solo quiero que suene el telefonillo, y al otro lado del aur