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Mostrando entradas de abril, 2023

Juntos eternamente

Sentada en el sofá, con la mirada perdida en unos recuerdos que ya no podía recordar, él la observaba sentado frente a ella, esperando descubrir un brillo de lucidez en esos ojos que en otro tiempo eran cascabeles hechizadores. Con la ternura que se dispensa a los recién nacidos le apartaba el cabello de la frente, para acariciarla la mejilla. Tan solo unos meses antes, aún recobraba momentaneamente la razón para preguntarle entre lágrimas qué le estaba pasando, para instantes después gritarle acobardada "¿Quién es usted? ¿Por qué me tiene aquí ? Quiero que me lleve con mi madre" Ésta que ahora dormitaba ajena a su vida en el sofá no era ya la mujer con la que construyó castillos en la arena de la playa soñando con ir a vivir junto a ella a orillas del mar. Ésta ya no era la mujer con la que corrió por praderas llenas de margaritas, dejándose alcanzar para que ella le abrazara por la cintura, le derribara y le amara bajo el canto de jilgueros y la luz del sol de verano. Ésta

moriremos

Tengo miedo a la muerte desde hace mucho tiempo, desde que era un niño. Desde que murió la abuela de un amigo del barrio. Era de noche. Verano. Hacía mucho calor en casa. Dormía con la ventana abierta. Sobre la cama. Entraba una leve brisa desde la calle que movía suavemente la cortina. Pensé en la muerte. En la mía. Quizá por primera vez. O no. Pero es la primera que recuerdo. Así conocí por primera vez ese vacío en el estómago, esa ansiedad, esa dificultad para respirar, esas ganas de dar golpes a la almohada o a la pared. Ese miedo iba y venía. Un día murió mi madre. La vi de cerca. Y ya no se ha ido ningún día de mi lado. En todo este tiempo he podido morir muchas veces. La muerte pasa cerca muchas veces. Sales un poco antes o un poco después de casa, coges el coche, y por esos minutos evitas un accidente, el tuyo, el de tu muerte. Se forma un trombo en tus arterias pero le da tiempo a disolverse antes de llegar a las arteriolas. La vida es frágil. La vida es una historia que siemp

Todo pasará

Todo pasará. Vendrán días luminosos. Y más oscuros vendrán. Vendrán los sueños que soñamos. Y vendrán las pesadillas. Todo pasará. Volverán los besos. Y después los odios. Volverán las golondrinas de la esperanza. Y los cazadores de ilusiones. Vendrán los holas y se irán los adioses. Todo pasará. Se irá la juventud. Pasará la vida. Vendrán tus ojos. Sonreirán. Vendrán tus manos. Y se irán. Todo pasará. Llegará la muerte. Ya nada más pasará

Sin duelo

  No hice duelo. No hicimos duelo. Nadie nos dijo que hubiera que hacerlo. Nadie nos dijo como había que hacerlo. Como coño se aprende a hacer un duelo a los 20 años. Como coño se aprende a vivir a los 20 años. No hicimos duelo. Aun hoy sigo sin hacerlo. Me da miedo volver a perderla. Perder lo último que me queda de ella, lo último que me dejó. He vivido ya más de media vida traumatizado. Aun hoy lloro desconsolado. Como si acabara de entrar a mi casa, y la luz del atardecer me deslumbrara desde el balcón. Como si me acabaran de decir que no volvería a verla. No lo he superado. Nunca lo haré. Como demonios se hace un duelo a los 20 años. Cómo se sale de esa oscuridad. Cómo se vive una vida de nuevo. De cero. Cómo se llega a su edad, vivo, para descubrir todo lo que ella se perdió. Para añorar incluso el futuro. Para saber que sería enormemente feliz con sus nietas. Cómo se hace un duelo cuando tienes 20 años. Los veinte años que ahora tiene tu hija. Y descubres como eras cuando deberí

Un minuto

  Seguro que no sabe ni que existo. Pero ojalá pudiera hablarle al menos un minuto. Ojalá pudiera hacerle saber que vivo para ella. La veo entrar por la puerta de la facultad y su belleza inunda la cafetería, su risa se oye en todo mi universo. Imagino que se vuelve buscando mi mirada.Ay si supiera la de veces que hablo con ella en mis sueños. Ojalá pudiera coincidir con ella en prácticas, o en la parada del autobús un día de huelga. Me lo jugaría todo a una carta , tendría un minuto para ser ingenioso,divertido,sexy. Tendría un minuto para que supiera que existo. Pero torpe de mí,los nervios me vencerían y apenas me daría para balbucear cualquier frase inconexa.. Ojalá pudiera robarle siquiera un hola para que sintiera que puedo abrazarla entre mis brazos mientras ella me acuna en su corazón. Ojalá me diera un minuto con ella, que es lo que me parecerá toda una vida a su lado.