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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Nochevieja 22

 Cada año, entre todos sus días, siempre hay dos que marcarán tu recorrido vital. Uno está siempre muy presente. Lo celebras cada año, como símbolo de tu llegada a la vida. Como homenaje a quien te dio la existencia. Cada año llega fiel a la cita.  El otro día está, en cambio, agazapado. Cada año pasas por él y no lo detectas. Nada te indica que un día será muy importante. Será un día que solo los demás podrán recordar asociado a ti. Y cada año lo vives como algo monótono.  Cada año celebras el cambio de dígito sin sospechar que alguna vez será la última que lo hagas. Como una rutina. Sin pensar que cada día debe ser el mejor de tu vida. Como lo debieron ser los hasta ahora vividos. Como deberían ser los años vividos. Soñamos con cambios mejores en el año que ahora entra, menospreciando al que dejamos atrás, y que tantas alegrías nos dio, que tanta felicidad nos proporcionó.  Y cada año olvidas las veces que fuiste feliz con todos aquellos que habitaron , aunque fuera solo un segundo,

NOCHEBUENA 22

 Un niño sujeta feliz, ingenuo, una cometa. Juega despreocupado con ella. La hace volar al ritmo que marca el viento. Desde lo alto de la cometa se vería , si pudiera estar allí, el mundo que no puede ver, pero sueña. Desde allí arriba vería, si pudiera subir, la vida que sueña. Vería más allá de su casa, vería más allá de su barrio, vería más allá de su ciudad. Vería más allá de su vida, de su pena, de su tristeza, de su miseria.  Ahora, el niño es la cometa. Trata de volar, ya puede ver el mundo que solo era un sueño. Desde lo más alto decide hacia donde quiere ir. Es un niño feliz, un niño que juega, que ríe, acunado por el viento, mecido por el viento, sostenido por el viento.  El niño que es cometa está unido al suelo por un cordel. Mira hacia abajo. Y descubre quién sujeta el hilo de él que es una cometa. Ve que quien le sujeta es aquel que un día será. Quien le amarra no es otro que su yo adulto. Y le grita, desde lo más alto, que le suelte. Que le deje volar. Que le deje explor

Paula 14

Tu cuerpo recién desnudo envolvió mi cuerpo desnudo aun cubierto de ropa. Tu vida recién estrenada cubrió mi desnuda vida. Mis manos albergaron tu ser con el mismo cuidado con que el mar acaricia la arena de la playa en los días de calma. Has ido creciendo día y día, y mientras una parte de ti cada día se aleja más de mi, otra se me aproxima a la misma velocidad. La niña que fuiste cada día es más lejana y empiezo a convivir con la mujer que ya estás empezando a ser. Me gusta como eres, como me hablas, como me tratas. Aun siendo siempre padre e hija, ya vislumbro al hombre y a la mujer que se hablarán de igual a igual. Amé a la niña como nuca amé; descubrí que el amor no era lo que creía conocer. Ahora aprendo a amar a la mujer, serenamente, mansamente , como ama el río a sus meandros. Cuando naciste adquirí el compromiso de llevarte hasta el otro lado de la orilla, aunque eso conlleve el hecho de tomar decisiones que no entiendes; así me rompe el alma saber que no puedes entenderlas.

El sentido de la vida

Nunca dije que no espero nada de la vida, porque yo de la vida lo espero todo. Yo salgo cada mañana a llenar mis pulmones de aire y mis ojos de colores Nunca dije que lo espero todo de las personas, porque yo de las personas no espero nada. Las personas nos dan todo lo que pueden, o quieren, pero yo no lo espero. Me prevengo frente a la desilusión. Ya nadie me defrauda. Nada espero. aun así, la ayuda siempre llega. Pero nada reprocho si nunca llega. Mi ayuda no siempre llegó. No siempre estuve junto a quien me requirió. No me disgusta la soledad; la soledad que es buscada. Cuando es impuesta , la vida es un martirio. De la vida lo espero todo porque vuelo con red. Siempre fue así, incluso en el infierno. Nunca estuve solo. Empero, no siempre respondo. La vida nos lo da todo. Nadie debería sufrir innecesariamente. Nadie debería sufrir penuria, ni tristeza, ni soledad. Qué injusto es que unos pocos acaparen. Se puede vivir con poco, pero es imposible hacerlo sin nada. Sin futuro. Sin seg

La cometa

Salgo a explorar el mundo, mi mundo, siempre que puedo. La rutina mataría mi alma, la ilusión por vivir. Salgo a aprender para no caer en el conformismo, en la complacencia, en la comodidad de mi espacio de confort. Suelto amarras para que mi ser se aventure hacia territorios ignotos. Pero lo hago porque hay una mujer que me sostiene cada día una red entre el abismo y yo. Hay una mujer que se encarga de mantener encendido el faro que me indica el camino de vuelta a casa. No veáis en ello un relato machista. He dicho mujer porque en mi caso así es, pero bien podía ser al contrario. Esta es la historia de dos personas. Una de ellas sostiene el hilo de la cometa. La otra es la propia cometa.! Cuanto le debo! Ella sabe como soy. Yo se como es ella . El amor verdadero es cuestión de aprendizaje, de ahormamiento, de entender lo que la otra persona te pide, y de asumir lo que no te puede dar porque no se lo puedes exigir. El amor verdadero es sentir que todo va bien cuando apoyas la cabeza e