Ella está al acecho cada día.
Solo espera un fallo, un descuido, una mala decisión.
Hoy no ha podido, pero es cuestión de tiempo que te alcance. Cuestión de tiempo , de azar y de probabilidad.
Por eso, cada día es un milagro. Por eso, a mí me basta con ver tu sonrisa cada mañana; a mí me basta con ver tu risa cada tarde; a mí me basta con ver tu sonrisa cada noche.
Seamos siempre los niños que quedaban a la puerta del Metro cada tarde de sábado.Seamos los niños que volvían a casa en el buho de Cibeles. Seamos los niños que pasaban el rato tomando un café en los Austrias.
Confía en mí. Deshagámonos de lo superfluo. Abandonemos en la orilla lo superficial y dejemos que el agua nos desnude la piel. Dejemos fluir la vida sin artificios, sin equipaje.
A mí me basta con reposar mi cabeza en tu regazo, y dejar que mis labios reconozcan la geografía mil veces recorrida.
La vida es ahora. Después, la nada.
La vida es el milagro. Nada más importa. Abrázate a mi. Seamos siempre los niños que no tenían nada, y lo tenían todo. Hasta el día que tus labios besen mis fríos labios por última vez.
Solo espera un fallo, un descuido, una mala decisión.
Hoy no ha podido, pero es cuestión de tiempo que te alcance. Cuestión de tiempo , de azar y de probabilidad.
Por eso, cada día es un milagro. Por eso, a mí me basta con ver tu sonrisa cada mañana; a mí me basta con ver tu risa cada tarde; a mí me basta con ver tu sonrisa cada noche.
Seamos siempre los niños que quedaban a la puerta del Metro cada tarde de sábado.Seamos los niños que volvían a casa en el buho de Cibeles. Seamos los niños que pasaban el rato tomando un café en los Austrias.
Confía en mí. Deshagámonos de lo superfluo. Abandonemos en la orilla lo superficial y dejemos que el agua nos desnude la piel. Dejemos fluir la vida sin artificios, sin equipaje.
A mí me basta con reposar mi cabeza en tu regazo, y dejar que mis labios reconozcan la geografía mil veces recorrida.
La vida es ahora. Después, la nada.
La vida es el milagro. Nada más importa. Abrázate a mi. Seamos siempre los niños que no tenían nada, y lo tenían todo. Hasta el día que tus labios besen mis fríos labios por última vez.
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