Éramos jóvenes. El mar nos llama.
Nos levantamos pronto por la mañana. Y acudimos a la llamada.A ese mar que acunó tus primeros días.
Al mar que fue mi faro, al que oía desde mi castellana ventana
El mar nuestro destino aquella mañana. Aquí, donde estamos. Aquí , por donde ya hemos pasado veinticinco veces. Este lugar que parece el mismo pero que nunca lo es. Esta mañana de este día en que un día partimos para ya no volver. Un viaje que pudo no salir bien, pero que aun sigue siendo solo de ida.
Un día nos dijimos vámonos mañana a ver el mar y volvemos por la tarde. Aun no ha llegado la noche y seguimos , aquí, asomados al acantilado, viendo romper las olas contra la vida. Ebrios de salitre.
Todavía no volvemos. Nos quedaremos un rato más. Al anochecer nos iremos. El mar, eterno, perdurará.
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