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Barcelona 92

Cantaban Montserrat Caballé y Freddy Mercury en el televisor del bar.
Y nosotros nos besábamos bajo el altavoz disfrutando de nuestro estrenado amor
Cantaba Barcelona
Y yo de hito en hito miraba la competición por encima de tu hombro si distraías la mirada
Aun tengo las cintas de VHS en las que mi padre me grababa las ceremonias de aquellas Olimpiadas, que decidí perderme porque acababa de enamorarme de la mujer más hermosa de la facultad.
Cantaba la Caballé, y yo trataba de olvidar lo que no se puede olvidar. Pero me entregaba en tus brazos al placer de soñar, me enredaba entre tus besos narcóticos  y mi corazón curaba sus heridas.
Cantaba Mercury y te invitaba a otra cerveza en los bares que sirvieron de abono a nuestros sueños e ilusiones.
Cuando escucho Barcelona vuelvo a estar en pleno 92, entre la pérdida y la luz que amanece, vuelvo a estar en el tránsito entre las dos mujeres que me dieron la vida.
Ahora estamos aquí, vivos, testigos de que Caballé y Mercury existieron, y cantaron Barcelona para que nunca olvidemos el año en que nos cogimos de la mano.

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Nada

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