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La felicidad

Busqué toda la vida la felicidad

La busqué atravesando mares que no eran mares

que eran ilusiones

La busqué surcando océanos que no lo eran

que eran ensoñaciones

La felicidad no estaba lejos, sino al alcance de mi mano

allí donde no sabía encontrarla

donde ella me esperaba

La felicidad no estaba a años luz de mi oscuridad

sino en el día que amanecía cada día

en el día que terminaba cada día

La felicidad no se veía

Pero se escuchaba. Se leía

Estaba en aquella canción que me rasgó el corazón

como papel de seda

En aquel cuento que alguien escribió para mí

como si fueras tú.

Un día , por fin , la felicidad me contó la verdad.

Me dijo que ella era el sentido de la vida

En la belleza de las cosas

en la música que nos hace auténticos

en el libro que nos descubre la vida

en el paisaje pintado al óleo

por cientos de años turnándose en la elaboración.

Busqué años la felicidad

y solo tenía que dejar libre a mi corazón

dejarle llorar sin dolor

lágrimas mansas , que brotan de nuestros ojos

como el reguero del manantial,

fresco e indómito.

La felicidad era dejar que la vida

atravesase nuestro cuerpo

y nos arrancase los sentidos para devolvérnoslos

llenos de colores y sabores nuevos.

Desprendernos de artificios

y disfraces

para desnudar nuestra alma

indemne ya al frío

de la burla y la condescendencia

Ser auténticos, nuestros, sensibles

soñadores e ilusos

Niños al fin y al cabo

a los que robaron

los ojos , los ojos de niños

con los que se miran los colores de verdad

los colores que tiene la vida

y que unos señores mayores nos dijeron que dejaron de existir

Los colores que ya no ves

son los que yo vuelvo a ver

porque la felicidad vino a contarme la verdad

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