No siempre me gustó la navidad. Su felicidad impostada. Su
alegría obligatoria. No siempre me gustó. Las sonrisas que desaparecerían días
después. Los falsos deseos de prosperidad ajena.
No sé si aún me sigue gustando. Pero sí sé una cosa. Estos
días me sirven para recordar que alguna vez tuve una gran familia. Que debimos
ser muy felices. Un mundo que fui perdiendo. Hasta casi no tener ya nada.
Estos días me sirven para recordar que las risas volvieron. Que
la alegría renació. Que creamos un mundo nuevo lleno de árboles y flores,
adornos que sobrevivían a estos días.
Estos días me recuerdan que la dicha va y viene. Que la alegría
va y viene. Que la felicidad va y viene. Y que el amor viene, y nunca del todo
se va. Y que la vida va, va, va, y no vuelve.
Estos días me recuerdan que estoy vivo porque esta aventura
es apasionante. Que vivo porque el camino es irrepetible. Que soy quien soy
porque me crucé con personas que convirtieron este viaje en algo mágico y
maravilloso.
Estos días me recuerdan que en mi vida estás tú. Y que no te
olvidaré jamás.
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