Un día, en algún momento, recuerdo vagamente cuando fue, llegué a la conclusión de que soy nihilista. Matizando , mi pensamiento es nihilista. Llegué a la conclusión de que la vida no tiene sentido, de que no somos nada. Sentido cósmico, sentido universal. Uno, como le puede ocurrir a una mosca, nace y muere, y ni antes ni después, para ese individuo, hay nada. Una piedra se puso a dar vueltas alrededor de una estrella, hasta que esa estrella implosione o la fuerza de la gravedad haga que esa piedra se precipite sobre la estrella.
Nada. Una vez muertos, será como no haber vivido. A veces, el tormento me lleva a pensar, como canta Queen, que quizá habría sido mejor no haber nacido. Pero para eso ya es tarde. Estamos aquí. Y si no tenemos sentido universal, al menos será interesante darle un sentido individual.
Algunos privilegiados su vida servirá para cambiar el rumbo de la historia de la humanidad. Algunas vidas serán tan útiles que contribuirán a salvar la de otras personas, al menos temporalmente, ya que es una guerra perdida de antemano. Desde el momento en que nacemos, nos convertimos en moribundos.
Otros individuos, pasarán por la vida sin pena ni gloria. Tampoco importa mucho. Su destino será el mismo que el nuestro
La gran mayoría estamos en esa inmensa zona de grises, tratando de dar sentido a este viaje. Buscando la felicidad en cada gesto, asumiendo que nada cambiará nuestro final. Tratando de salir de este relato que nos han ido contando desde hace siglos, de este relato que nos cuenta que el paraíso será de los pobres , de los humildes, de los sumisos, mientras los relatadores de este cuento se han puesto hasta las trancas desde hace siglos. Nos pasamos la vida escuchando alabanzas sobre las recompensas, en esta vida y en la que vendrá. Ya disfrutarás cuando te jubiles. Ya disfrutarás cuando estés rodeado de cientos de vírgenes y santos. Mientras tanto, trabaja, trabaja , trabaja. Ya disfrutan ellos por ti.
Nada. No hay nada. Pero vivimos toda la vida inmersos en el sentimiento de culpa, de pecado, de cargo de conciencia. Si te diviertes, malo. Si ríes, malo. Si ganas dinero, malo. Si te saltas las normas morales, malo. Si eres infantil, malo. Si te trae todo al pairo, malo. Si eres hedonista, no hay nada peor. Si gritas al mundo que eres feliz, malo malísimo, de mal gusto, hay que trasmitir pesadumbre , no vayamos a ofender.
Soy nihilista. Pero dentro de la nada, no todo está perdido mientras llega el final. En esta nada estás tú. Y estoy yo.
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