Soy un chico de barrio, de un barrio como otro cualquiera de Madrid. Ésta era nuestra casa, en el último piso.
Recuerdo los partidos eternos en la cancha del parque; el escondite, el rescate, el silbido de mi padre para subir a casa.
El telefonillo : "¿bajas?"
Las partidas a la escoba y al ajedrez en la Keller, los sábados por la tarde, con Javi, Joaquín y Fran.
Los primeros amores, siempre tan inocentes como fugaces. Los primeros asaltos a las prohibiciones de nuestros padres que nos hacían sentir tan héroes como villanos.
Los veranos , largos siempre, eternos a veces, viendo como unos iban y otros venían de sus vacaciones.
"Me bajo a la plaza a sacar a las perras " " No tardes" " No mamá, subo enseguida "Y ella sabía porque huía de casa, y yo cobarde, la dejaba sóla frente a su derrota.
Recuerdos de aquellos miedos que nunca se irán del todo de mi corazón.
Pero fui un niño, feliz , en mi barrio de Madrid. En mi barrio, Batán, del que un día me fui para no irme nunca del todo.
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