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El último día

¿Que hubiera ocurrido si no hubiera ido aquel último día de curso a la Facultad ? Mi mundo no habría cambiado para siempre , mi corazón no habría conocido la pasión , mi deshecha vida no habría alcanzado el sosiego. Ya había perdido varias oportunidades y esta era la última antes de que el verano nos separara quien sabe si para siempre. La muerte había segado mi vida e ilusiones, dejándome al pairo en el océano de mi tristeza. Pero armándome del último resto de esperanza que me quedaba en el fondo de mi alma, bajé del Clínico a la Facultad para tratar de encontrarme con ella.
Y allí me la encontré .
Cual galo de la aldea de Asterix , recurrí a la pócima en forma de zumo de cebada para armarme de valor; así , como quien no quiere la cosa, sin darle importancia para no hundirme si la respuesta era negativa , le dije de pasada : ¿quieres quedar conmigo esta tarde para tomar algo? 
Pero, ¿los dos solos? , me contestó.
La cerveza hizo el resto.- Claro, tu y yo. Solos. ¿Necesitas a alguien más ? Yo solo quiero quedar contigo
Y me dijo que sí.
A partir de ese momento, la vida en estado puro.
Muchos vagones de metro pasando por la estación : vale este es el último. El próximo ya lo cojo y me voy a casa. Y mientras llegaba el siguiente , que también dejaría pasar, besos y más besos, abrazos y más abrazos. 
Muchas noches de invierno y de verano colgado del teléfono de la cabina de debajo de mi casa.
- cuelga tú. No tú. Cuando me digas que me quieres. Y mis perras ya tumbadas a mi lado, cansadas de escuchar despedidas  moneda tras moneda.
Muchos sueños soñados a la luz de una farola en un banco del Parque del Oeste, o en un Café del Madrid de los Austrias, o quizá asomados a los jardines de Sabatini. 
Y los hemos ido cumpliendo, uno a uno, poquito a poco, con la misma ilusión que tenían aquellos chicos de apenas veinte años, sin más recursos que su amor y su inocencia.
El camino no habría sido el mismo sin ella, que lo ha convertido en alamedas por las que viajar este viaje que aún no ha llegado a su fin.


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