https://www.youtube.com/watch?v=YhCrTqkiZww
Por fin he podido ver este documental, 90 minutos de un siglo de historia, 90 minutos de lágrimas por mi rostro.
El otro día, volviendo de Cantabria en un bla bla car, el conductor se extrañaba de que fuera tan del Athletic Club siendo de Madrid.
Este documental lo explica, o no. Porque no hay razonamiento que lo pueda hacer, porque del Athletic se es, y ya está, es tan sólo sentimiento, y eso es mucho.
Conocí San Mamés un enero de 2005, en el viaje de despedida que hice con mi padre. Era la primera vez que iba a SanMamés, y la última con él. Pero muchos de los míticos partidos que se relatan en este documental, los he vivido en casa con él, y con mi madre. Los títulos de los 80, el subcampeonato del 98....
Mi madre, una vasca de Toledo, en aquellos duros años de la Transición, plantaba cara a quienes nos insultaban por llevar esos colores. En la final del 77, sufrimos un atentado en el autobús de vuelta del partido a manos de unos pistoleros de Cristo Rey. Los tios de mi padre se tiraron encima de mi hermana y mío, para protegernos de los disparos, pero por suerte, nadie salió herido, salvo uno de ellos que se llevó un banderazo de mi padre en los riñones.
Mis padres murieron, y el Athletic ha seguido siendo la referencia que me lleva a pensar en ellos. A los dos meses de morir mi padre, nos jugamos el descenso por primera vez en la historia. Aun no se televisaban todos los partidos, y estuve escuchándolo por la radio, en el parque junto a mi casa. Acabó el partido, y sentado en el banco, con la cara escondida entre mis manos, no podía dejar de llorar pensando en él.
Después he estado en todos los partidos decisivos: la semi contra el Sevilla, las finales contra el Barça, la final de Bucarest..... y el último partido de la historia. Cuando era niño, soñaba con tener un trabajo que me proporcionara tiempo libre y dinero para poder ir a los partidos del Athletic. Ese era uno de los objetivos de aquel niño que soñaba asomado a una ventana de su casa de Batán, mientras oía los partidos a través del Carrusel Deportivo.
Y a día de hoy, aun tengo otra ilusión, difícil, muy difícil de conseguir, pero ante la que no pierdo aun la esperanza : que mis hijas sean al fin del Athletic Club de Bilbao.
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