¿Cuando aprenderán muchos y muchas que para ser republicano no hay que ser de izquierdas?
¿Que Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la II República era un señor de derechas?
¿ Que entonces gobernó la CEDA apoyando a Lerroux?
¿ Que el General Mola combatió los primeros meses bajo bandera republicana porque su intención no era derrocar a la República sino restaurar el orden que el pensaba estaba perdido?
¿Cuando se darán cuenta de que Francia, Alemania, USA, Italia, Portugal son Repúblicas gobernadas por la derecha?
Un Estado republicano no es un régimen izquierdista, sino un modelo en que el jefe de Estado es elegido en las urnas ( después debatiremos sobre si preferimos el modelo francés o el alemán). Un Estado republicano no busca el enfrentamiento entre las dos Españas: esa es una de las herencias franquistas, la creencia de que sería así, la creencia de que la República es un EStado fallido lleno de bolcheviques y anarquistas que el bueno de Franco vino a solucionar.
Bandera tricolor o bandera rojigualda : a mí me da igual el color de la bandera, lo que me importa es el modelo de Estado. No se es más español por defender una u otra; en realidad yo no me siento español en el sentido patriota de la palabra, me siento español en cuanto a unidad administrativa o por influencia cultural, pero pienso que las fronteras son herencias medievales que debemos superar, para convertirnos solo en personas que habitamos un espacio común.
Y quiero honrar la memoria de los que defendieron la democracia, la legalidad, la libertad, la igualdad. ¿ Para qué removeis el pasado , para que buscais enfrentarnos de nuevo?Eso nos decís, y no os dais cuenta de la trampa dialéctica de nuevo heredada. Nos dicen que es mejor olvidar nuestro pasado, la memoria de esas personas, para que en realidad olvidemos todas las tropelías cometidas durante cuarenta años expoliando nuestra tierra. Creo que tenemos la suficiente capacidad de recordar el pasado a la par que gobernamos el presente, homenajeando a los que dieron su vida, poniendo en valor su esfuerzo vital, para que nos sirvan de ejemplo.
Yo no estoy dispuesto a olvidarme de mi abuelo, que estuvo preso en un campo de prisioneros. Ni de Machado, muerto en Colliure. Ni de las trece rosas muertas como escarmiento. Ni de tantos y tantas. Como tampoco me quiero olvidar jamás de Franco, ni de Queipo de Llano, ni de Arias Salgado, ni de tantos y tantas.
No lucho por la vuelta de la II República. Trabajo porque alcancemos una nueva República, del siglo XXI.
Decidió visitar, un tórrido día de agosto , el que fue su barrio de infancia y juventud. Acudió para recordar aquellos parques en los que aprendió a jugar, aquellos bancos donde besó por primera vez. Iba con la intención de recuperar olores, colores, sabores, sensaciones. Las tiendas, los bares, la farmacia, los columpios, la cancha multiusos. Así, observó desde la calle las ventanas de las dos casas que habitó en aquel barrio. De una de las casas sintió salir a su madre una mañana para no volverla a ver jamás. De la otra, sacaron entre su hermana y él a su padre moribundo para acompañarle en su postrero viaje. Hay un lugar estratégico en el aparcamiento de la calle desde el que se pueden ver las dos casas. Pero a los barrios les ocurre como a las personas; no todas envejecen igual. Y tuvo la certeza de que no se trataba de una sensación trasmitida por la canícula. No. Al barrio le faltaba vida. Y eso se palpa. Eso vio en la transformación de las tiendas de alimentación y de los bar
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