Hoy la he vuelto a ver despues de muchos años
Su mirada no ha cambiado, y al ver que sus ojos me miraban, he sentido el mismo escalofrio de entonces.
Hoy la he vuelto a ver, como la veía al salir de clase en la Facultad, y mi corazón se desbocaba en mi pecho
Como cuando me hacía el encontradizo en alguna práctica, o en la cola del autobús, y no sabía que decir,salvo , supongo, una serie de tonterías sin sentido.
Hoy la he vuelto a ver, como si la viera caminando de mi mano por Madrid .
Hoy la he vuelto a ver, como cada día, nada más abrir los ojos por la mañana.
Decidió visitar, un tórrido día de agosto , el que fue su barrio de infancia y juventud. Acudió para recordar aquellos parques en los que aprendió a jugar, aquellos bancos donde besó por primera vez. Iba con la intención de recuperar olores, colores, sabores, sensaciones. Las tiendas, los bares, la farmacia, los columpios, la cancha multiusos. Así, observó desde la calle las ventanas de las dos casas que habitó en aquel barrio. De una de las casas sintió salir a su madre una mañana para no volverla a ver jamás. De la otra, sacaron entre su hermana y él a su padre moribundo para acompañarle en su postrero viaje. Hay un lugar estratégico en el aparcamiento de la calle desde el que se pueden ver las dos casas. Pero a los barrios les ocurre como a las personas; no todas envejecen igual. Y tuvo la certeza de que no se trataba de una sensación trasmitida por la canícula. No. Al barrio le faltaba vida. Y eso se palpa. Eso vio en la transformación de las tiendas de alimentación y de los bar
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