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Lincoln

Viendo Lincoln en Canal+ y su lucha contra la esclavitud, en defensa de la dignidad humana, lo que le costó la vida.
Los negros no son diferentes; los homosexuales no son diferentes; los extranjeros no son diferentes. Sólo hay seres humanos , cada uno con sus problemas  a cuestas .
Esta película nos enseña que hay causas por las que luchar cueste lo que cueste. Que la libertad, la justicia , la igualdad, son valores que están siempre en riesgo, y que hay que dejarse la piel en su defensa. No podemos mirar hacia otro lado cuando pisotean la dignidad de los débiles, de los que nada tienen, ni siquiera voz.
Mi conciencia y mi ética no me permiten quedarme en casa viendo como nos privan de nuestros derechos y lo que es peor, como se niega la solidaridad y el apoyo a los desprotegidos, a los dependientes, a los enfermos , a los mayores. Cómo  se defiende al poderoso en detrimento del débil .
Lincoln y sus partidarios lucharon contra la esclavitud de los negros. Nosotros debemos luchar contra esta esclavitud encubierta que nos quieren disfrazar de austeridad frente a la crisis.
Aportemos cada uno en función de sus posibilidades para volver a desarrollar un Estado solidario que proteja a los más débiles .No escatimemos en políticas sociales como hace la derecha , para mantener el status quo de los que más tienen.

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Nada

 Decidió visitar, un tórrido día de agosto , el que fue su barrio de infancia y juventud. Acudió para recordar aquellos parques en los que aprendió a jugar, aquellos bancos donde besó por primera vez. Iba con la intención de recuperar olores, colores, sabores, sensaciones. Las tiendas, los bares, la farmacia, los columpios, la cancha multiusos.  Así, observó desde la calle las ventanas de las dos casas que habitó en aquel barrio. De una de las casas sintió salir a su madre una mañana para no volverla a ver jamás. De la otra, sacaron entre su hermana y él a su padre moribundo para acompañarle en su postrero viaje. Hay un lugar estratégico en el aparcamiento de la calle desde el que se pueden ver las dos casas.  Pero a los barrios les ocurre como a las personas; no todas envejecen igual. Y tuvo la certeza de que no se trataba de una sensación trasmitida por la canícula. No. Al barrio le faltaba vida. Y eso se palpa. Eso vio en la transformación de las tiendas de alimentación y de los bar

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