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Estos días largos

Hoy me has hablado de la primavera; quizá de nuestra primavera
Mi primavera me robó lo que más quería; la tuya me devolvió la esperanza en la vida
La mía es dolor y muerte; tu primavera es amor y alegría.
Llegará Mayo, y un día de luz larga, volverá a llamar el mismo guardia civil, para preguntarnos un año más quien iba con mi padre en el coche; volveré a abrazar a mi hermana, con mis pies al borde del abismo, sin saber que hacer, y sabiéndolo todo al siguiente instante. Volveremos a viajar de noche hacia la noche de mi vida, para regresar al silencio más sonoro de la casa deshabitada sin ella.
Y vendrá Abril, con la llamada de teléfono que él no contesta; esperaré a mi hermana en la calle, porque no me atrevo a subir sólo, sin saber como le voy a encontrar. Ella ya está arriba, limpiandole la sangre que inunda su cuerpo y su cama. Semiinconsciente le diré que es la última vez, te juro papá que es la última vez , que ya no sufrirás más. Llegará Abril, con la semana más larga que puedo recordar, esperando el final que llegó para dejarnos más solos ante el mundo.

Pero esta es mi primavera, negra, oscura, invernal; la que tú llenaste de luz y color; porque hay otras primaveras, y donde hay muerte, nace la vida.
Llegará Junio, ya casi verano. Iré, como cada año, a la facultad, en un postrero y desesperado intento de verte una última vez antes de que el verano te aleje de mí, quien sabe si para siempre. Voy, sonambulo, abatido , por mi muerte en vida, buscándote , anhelándote. Y estás, siempre estás, cada año que pasa y que voy a buscarte , estás allí; junto a las cristaleras, ajena a mi dolor. Levantas la mirada, como siempre, me miras, y quizás sonrías. Me acerco a ti y descubro que la primavera ya estaba aquí, en tus ojos que florecen ante mí, en las gotas de rocío que refrescarán mi alma atormentada cada amanecer que despierte junto a tí.

Y así llegará Marzo. Así embarcaremos en una nueva nao , rumbo al futuro. Me abrazaré por segunda vez en mi vida a mi padre, llorando como la primera. Cerraré la puerta de mi cuarto tras de mí, y te esperaré frente al muelle desde el que ha de zarpar nuestra nueva vida, como principia la primavera cada año. Leeremos a Benedetti y a Neruda; bailaremos torpemente un vals, para amanecer , unidos , allá donde nos llevó la vida

Y volverá de nuevo Mayo. La luz. Una pequeña llama llena de luz lo alumbrará todo. Aun estaré sumido en el dolor, la pena, la ausencia . Y llegará la luz. Porque ella es un ser de luz. Me la entregarán aún temblando de miedo ante la vida, y la apretaré contra mi pecho, llorando, llorando, llorando, porque de la muerte nace siempre la vida; porque ella me recordará siempre donde está Orduña; que significa un doce seguido de un ocho. Es la luz que llena mi vida de primavera. La miraré a los ojos , y veré tus ojos siempre en los de ella.

Así es la primavera; la mía es dolor y muerte; la que tú me das, es vida y alegría.
Ya sé que me dirás que también existe el otoño, que también hay dos Octubres en mi vida. Sabía que me lo dirías; mas estamos en primavera; cuando llegue ese otoño, te hablaré de esa otra primavera.

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