Mis padres bajaban hacia Madrid desde Leganés, tuvieron un accidente y el coche volcó. Yo iba dentro del coche. Iba, además, dentro del vientre de mi madre. La vida y la muerte siempre tan cerca.
En otra ocasión, dos meses antes de nacer, mi madre fue a la final de Copa a ver como la ganaba el Athletic. Las pasiones se pueden aprender antes de nacer. Mi vida ha sido siempre intensa, incluso viviendo en el utero de mi madre. Un día se nace. Pero antes de ese día también se puede empezar a ser uno mismo. Alguien cortará el cordón umbilical anatómico, pero jamás nadie lo podrá hacer con el emocional.
Nuestra experiencia en el vientre de las madres es una vida propia antes de nuestra propia vida
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