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Veintiunos de octubre

Hace 6939 días que dejé de ser uno para comenzar a ser otro muy distinto. 34 años sin saber lo que se podía llegar a amar; 19 años sabiendo lo que se puede llegar a sentir por otra persona. Millones de latidos de dos corazones que bombean sentimientos parejos. 988 semanas que han sido las más hermosas de mi vida, y que representan toda la tuya. Me pregunto cómo pude ser capaz de vivir sin ti en mi vida. Me respondo que tú le das sentido cada día.
La vida. La tuya. La mía. La nuestra. Esta vida a la que un día llegamos, a la que un día llegué, a la que tu llegaste aquel otro 21 de octubre, para poner todas mis penas patas arriba, para iluminar cualquier triste otoño, para mirarme y derretir mi gélido corazón. Un día llegaste y comenzó el mundo a existir. Un día llegaste y ya no me quise ir nunca más de tu lado. Aún ahora que viajas por tu propio camino, no me separo de ti. Soy tu compañía invisible. Pongo colchones en tus caídas; soplo , cual Eolo, a tu espalda para que el vuelo sea siempre con un viento a favor. Y , sobre todo, observo tu caminar. El de una mujer que desbroza el sendero con miedo a lo desconocido. El de una mujer que, sin ser ya una niña, me sigue cogiendo de la mano, me sigue abrazando, me sigue llamando papuchi con aquella voz de recién llegada al mundo.
Solo te daré un consejo, ese que ya sabes. Solo merece la pena ser felices. Tanto el éxito como la derrota son pasajeros. La vida, finita. Sé siempre feliz. Huye de los dogmatismos. Huye de las obsesiones. Del esfuerzo innecesario. Escápate de las personas negativas, grises, necias, perniciosas. Conserva las pocas que pasen por tu vida y la llenen de colores, de ríos de risas, de toneladas de felicidad. Sé feliz. Ese debe ser el objetivo. Las penas vendrán solas, no las busques. Y pasarán.
Nosotros siempre estaremos aquí, mientras nos necesites, cuando nos necesites. Nunca estarás sola. La ilusión por vivir y el miedo a la incertidumbre, a tu edad, son las dos caras de la misma moneda. Solo se aprende viviendo. Solo se aprende llenando el cuerpo de cicatrices. Solo se vive arriesgando. Solo se vive amando, solo sufriendo , solo se vive sintiendo, solo fracasando. Solo se vive viviendo. Vive. Con toda la intensidad. Con todos los sentidos. Lorca dijo que era preferible morir viviendo, que vivir muriendo. Abre el pecho a la vida. Que ésta te atraviese de lado a lado como un rayo de luz.
Tú me hiciste mejor persona. No siempre estuve a la altura. No hay manual verdadero de instrucciones para la paternidad. El viaje, mi viaje, nunca ha sido fácil. Pero siempre fue apasionante. Y aunque solo haya sido por teneros a vosotras tres junto a mí, todo ha merecido la pena. No querría cambiar nada si eso supusiera poder perderos. Todo está bien así. Todo mereció la pena. Esa fue mi ruta. Soy el hombre más afortunado del mundo.
Brindemos por este nuevo 21 de octubre. Brindemos por tener la oportunidad de seguir amándonos cada día. Brindemos por la vida, por nuestras vidas. Brindemos por nosotros cuatro.
Zorionak. Maite zaitut. Inoiz ez diet zu maitatzeari utziko.



Han sido los dieciocho años más felices de mi vida. Yo , que he conocido el infierno, he vivido estos últimos años en el paraíso. He sido tan dichoso, que apenas recuerdo la vida anterior a tu llegada. Nadie ha conseguido cambiarme como lo has hecho tú. Nadie me ha hecho renunciar nunca a nada, como lo has hecho tú. Lo hemos dado todo por ti. Nos hemos entregado a ti. Hemos construido un universo propio, para que transitaras por la vida sin ninguna desdicha, sin ningún pesar, sin ninguna carencia. Lo hicimos gustosos. Lo hacemos dichosos. Todo es para ti. Pero no por obligación, sino por felicidad.
Nunca he sentido por nadie lo que he sentido por ti. No descubrí el amor hasta que te tuve entre mis brazos por primera vez. Se abrieron las ventanas de mi vida y entró la luz y el aire fresco que huele a rocío por las mañanas. Le diste sentido a mi vida, en el sentido filosófico pero también en el direccional. Por fin sabía hacia donde debía, y quería, ir en mi camino hacia la felicidad. Sabes que mi memoria es tremendamente frágil. Sí recuerdo que hacía esfuerzos por fijar en mis recuerdos hechos, detalles , vivencias. No lo conseguí. Pero sí quedan las emociones que el roce de tu piel con la mía dejaron en cada célula de mi corazón.
Llevo dieciocho años preparándome para estos días, para estos momentos, para estas sensaciones. Me lo imaginaba mucho peor. Aunque apenas me atrevo a entrar en tu habitación. Pero siempre imaginé que la pena me desgarraría el alma. Y sin embargo, estoy enormemente feliz por ti. Me contagio de tu ilusión por esta nueva vida. De tu inocencia descubriendo el mundo. Me maravilla tu madurez. Tu serenidad. Eres una mujer. Siempre lo has sido. Pero ahora lo demuestras con creces. Me enamoro de ti de nuevo, de nuestra nueva relación de iguales.
Corre sin miedo. Vuela sin miedo. Sueña sin miedo. Vive sin miedo. Que la vida te atraviese como un rayo, y resuene su trueno en lo más profundo de tus entrañas. Te libero de mis miedos, de mis angustias, de mis penas. Es tu vida. Y de nadie más. Que nadie te la amargue. Que nadie te corte las alas. Huye de los agujeros negros, de las penas negras, de las almas negras. Luz, luz y más luz. La que desprenden tus ojos, la que acarician tus manos, la que inunda tu corazón. Brisa fresca que ondea tu pelo como una bandera de la pasión. Espero haber sido capaz de trasmitirte al menos esta idea. La vida es única. No fui todo lo buen padre que hubiera deseado. Lo he aprendido ahora. Lo estoy aprendiendo ahora. Nadie nos enseña. Una pena. Un pequeño desastre. No cambiaría nada de mi vida salvo una cosa. Cómo os he tratado a veces. Por eso, te pido perdón una vez más. Espero, estoy aprendiendo, no hacerlo ahora ya como adulta.
No olvides jamás una cosa. He volcado mi corazón en estas líneas dirigiéndome a un tú singular. Pero sabes que no eres un tú. Que sois un vosotras. Que cuando escribo “tú”, siempre es un “vosotras”. Han sido los dieciocho más quince años más felices de mi vida. Cuidaros siempre la una a la otra.
Por último, si solo pudiera pedir una cosa al universo, pediría que, cuando me recuerdes, una enorme sonrisa curve los labios de tu boca. Y susurres un papá desde el fondo de tu alma.
Hemezortzi urte jada
Maite zaitut


Conocí el amor una mañana de octubre.
Conocí su verdadera dimensión, su verdadero significado. Si creí saberlo, esa mañana comprobé lo equivocado que estaba.
Conocí así el amor, una mañana.
Y las mañanas siguientes, la pasión.
Y las tardes siguientes , la angustia.
Y las noches siguientes el miedo.
Conocí el amor, pero no uno cualquiera. Conocí el tuyo.
Si me sonreías se acababa el mundo, desaparecía el sonido, la luz se detenía, la vida cobraba sentido en su verdadera dimensión, infinita.
Si llorabas, me arrancabas un trozo de mi ser , que se desgarraba atravesado por espadas afiladas que estremecían todo mi corazón.
Ya te vas. Me dejas tu amor. Mi dolor. Un vacío.
Siento celos del viento que te lleva. Celos del sol que te ilumina. Celos del mar que acaricia tu cuerpo. Celos de la vida sobre la que cabalgas.
Te vas. Pero antes viniste. Y me regalaste los mejores años de mi vida. Me regalaste tus besos. Me regalaste tus abrazos. Una mano para pasear. Un hilo para seguir tus pasos.
Zuk, nik bezala ikasi nahi duzu euskara.
Nire antza duzu.
Inork baino hobeto ezagutzen nauzu.
Zu, zu, zu.
Hazme caso. Sé feliz cada dia de tu vida. Aun en los peores momentos
Un día, seréis lo único que quede de nosotros. Estad siempre cerca una de la otra.
Nunca dejes de besarme
No me olvides. Nunca.
Zorionak hamazazpi urtebetezte


Son ya muchos octubres. Muchos veintiunos. Pero nunca demasiados
Palabras tuyas: “ las personas podemos estar tomando el camino equivocado en las decisiones que tomamos pero nunca sabremos si son correctas porque hay tantas opciones para elegir que moriremos sin saber si fue lo correcto. Y esta sociedad nos ha hecho creer que lo fácil, lo seguro, es ir en línea recta porque si nos desviamos del camino corremos peligro. Pero, ¿y si esa desviación es la que da sentido a tu vida? Yo solo quiero vivir porque la vida siempre está pero nosotros no y el tiempo corre, corre muy rápido y no voy a tener más dieciséis años ni esta vitalidad siempre “
Me paso los días dudando sobre los aciertos de nuestra educación. Entonces te leo esto. Y me quedo sin palabras !Cómo argumentar contra mí mismo! Me paso los días creyendo que hemos fracasado como padres y me escribes esto.
Así es, hemos tomado muchas decisiones en la vida. Hemos superado graves problemas. Nos hemos enfrentado a desgracias, penas, ausencias, pérdidas. La vida nos ha matado varias veces, en el asfalto, en hipoplasias cardiacas, en turbias aguas y oscuros túneles nos vimos inmersos. No cambiaría ni una de estas decisiones, ni una de estas penas, ni uno de tantos errores, porque esas encrucijadas , esos caminos divergentes, nos llevaron hasta ti (vosotras)
En estos años he conocido la verdadera dimensión del amor. La verdadera dimensión de la angustia. La verdadera dimensión del dolor. De la pena. De la pasión. Del miedo. Todo había sido una parodia hasta que llegaste. Tampoco puedes saber, y no es culpa tuya, sino mía, el vacío que se me viene encima. Porque el amor es tan generoso como egoísta. He estado tentado de escribir que nunca fui feliz. No sería cierto. Pero sí lo es que esa es la sensación. No hay amor comparable al de cogerte en brazos dormida del sofá y llevarte hasta tu cama.
No hay amor a la altura de tomarte de la mano para pasear por la calle. No hay amor que pueda igualar al de perseguirte por la casa y torturarte a cosquillas mientras gritas como una loca.
No pienses nunca que me debes la vida. Soy yo el que te la debe a ti. No debería decirlo, pero sé que no sabré vivir ( igual de bien ) sin ti a mi lado.


Vino hacia mí con un test en la mano. Doble check. Positivo. Así supe de ti por primera vez. Así salimos de la oscuridad. así recuperamos la ilusión por vivir. Así comenzamos una travesía de nueve meses entre la felicidad y la angustia de no tener que repetir de nuevo la peor experiencia de nuestras vidas.
Cuatro meses. Ecografía. El corazón esta perfecto. Esta vez sí. Esta vez seguimos adelante.Y mujer, lo que siempre anhelamos, lo que siempre deseé.
Tu madre siente la vida a cada segundo que pasa. Se sacrifica por ti por primera vez. Serán infinitas las veces que lo haga en los próximos años.
Nueve meses. Una señora deposita un bebé en mis brazos. Tú no lloras. Yo no dejo de hacerlo. La vida,así, vuelve a mi alma. Entonces, me siento eterno. Derroto a la muerte. En mis brazos, el latido de tu corazón se sincroniza con el mío. Descubro en unos pocos segundos que lo que yo conocía por amor no lo era, me enseñas, apenas llegada, a amar como nunca antes había amado. Esto era el amor y no se puede explicar.
Y pasaron, pasan, los días, los meses , los años... Nadie pudo jamás domarme. Hasta que llegaste tú. Nadie cambió nunca mi forma de ser. Tú sí. Por primera vez dejé de pensar en mí, para anteponer las necesidades de otra persona. Te he llevado de la mano por el camino que juntos elegimos, sin señalarte jamás la dirección. Ahora que empiezas a ser un tú independiente, ahora que la fuerza de mi mano se afloja y me sonríes desde lejos, descubro lo sabia que es la vida; descubro cómo me ha ido preparando para entender el proceso. Siempre he sido feliz junto a ti. Igual de feliz me siento ahora sabiendo que comienzas a volar a tu aire. Me haces sentir muy orgulloso de lo que serás en la vida.
Mujer, inteligente, educada, culta, emprendedora, leal. Y con un sentido común fuera de lo normal.
Jamás, jamás, querré a nadie como te amo a ti. No lo olvides nunca. Ahora no lo puedes entender. Llegará el día que sí. Recuerda que fuiste la penúltima mujer que amé en mi vida.

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